Así está la industria latinoamericana de producción de moldes

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Como cada año, Metalmecánica Internacional realiza una encuesta con sus lectores para hacer una fotografí­a del desempeño de la industria de moldes en América Latina. Pero, más allá de los datos, para esta edición tomamos como ejemplo el caso mexicano que, por ser el de mayor escala, es una muestra representativa del resto de los paí­ses latinoamericanos. En resumen, la alta importación de moldes y troqueles requiere de iniciativas que sustituyan el nivel de compras al exterior y desarrollen técnica, económica e intelectualmente, el mercado de manufactura de estos componentes básicos.

La fabricación de moldes y herramentales parece convertirse en una prioridad para la industria metalmecánica. En paí­ses como México, donde el consumo de herramentales producidos localmente es prácticamente nulo (por ahora se estima que es menor a 5% del consumo total), la sustitución de importaciones ha dejado de ser únicamente un proyecto de empresa para convertirse en polí­tica pública.

En Argentina se tienen registradas 550 empresas dedicadas a la fabricación de moldes y matrices, los cuales se usan, en el caso de las matrices, “para el estampado de piezas de chapa (principalmente para automotriz y lí­nea blanca), mientras que los moldes son utilizados para la inyección de plásticos, aluminio, caucho, vidrio, etcétera”, como lo indica la Cámara Argentina de Matrices y Moldes (CAMyM). Las compañí­as identificadas realizan diseño y fabricación y son empresas pequeñas y medianas de origen nacional, esto es, talleres cuyos dueños se mantienen al frente del negocio, pero, en muchos de los casos, ya conducidas por una segunda generación con mayor capacidad técnica. Según la CAMyM, este sector, al ser de mano de obra intensiva, genera alrededor de 6,000 empleos.

Según esta Cámara argentina, el paí­s necesita conformar un plan de desarrollo sectorial que considere aspectos como la integración productiva local hasta ubicarse en 60 a 70% del total, reduciendo de manera gradual el derecho de importación al mismo ritmo que se incrementa la producción; crear un banco de desarrollo productivo con acceso a financiamiento; desarrollar estrategias financieras para la oferta e incentivar modelos de investigación y desarrollo para las empresas; impulsar la producción nacional de materia prima relacionada, como acero y aluminio, y crear esquemas de capacitación y educación enfocados en la fabricación de moldes y herramentales.


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La identificación de dichas necesidades y la urgencia de implementar estrategias adecuadas para desarrollar la producción de moldes y herramentales de manera local no son retos exclusivos de los talleres argentinos, sino de prácticamente todo Latinoamérica, pues el déficit de producción (la ecuación consumo-importación) es, por mucho, negativo.

Sin embargo, el paí­s donde más evidente es este desequilibrio debido a su alta producción manufacturera es México, en donde están surgiendo iniciativas que se estarán emulando en el resto de los paí­ses de la región. Datos de ProMéxico indican que, con un valor estimado de casi USD 3 mil millones, México es uno de los principales importadores de herramentales del mundo, solo un poco menor que lo importado por Alemania y menos de la mitad de lo introducido a Estados Unidos, tal como lo expuso en el Encuentro Metalmecánico de Jalisco el director de Industria Metalmecánica y Aeroespacial de ProMéxico, Rafael Rubio.

Este dato toma su debida dimensión tras considerar que tanto los germanos como los estadounidenses se encuentran entre los principales exportadores (segundo y quinto, respectivamente), mientras que México no aparece en dicha lista.

Esto apunta a una gran oportunidad y necesidad urgente de desarrollar un mercado de manufactura de moldes en el paí­s y reemplazar los adquiridos de paí­ses como Estados Unidos, China, Portugal, Canadá, Corea del Sur, Alemania y Japón".

Rafael Rubio, director de Industria Metalmecánica y Aeroespacial de ProMéxico.

No obstante, el primer paso será tener las mediciones de consumo lo más precisas posible, pues aún existen discrepancias relacionadas con cifras. Mientras que ProMéxico habla de un mercado de alrededor de USD 3 mil millones, la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT) registra una cantidad tres veces mayor.

El problema de fondo podrí­a ser que hay todaví­a ambigí¼edad en términos de concepto. Eduardo Medrano, actual presidente de la AMMMT, explica que tanto en la Asociación, como en todo el sector denominan moldes, troqueles y herramentales, para conceptualizarlo en su aplicación, como dispositivos de injección y soplado, o medición y ensamble.

Los números calculados en la organización presidida por Medrano advierten de una cifra mayor que la expuesta por ProMéxico, probablemente por una suma de componentes no considerados por la instancia gubernamental.

Solamente en lo que se refiere a moldes para inyección de plástico, calculamos un monto superior a los USD 2,000 millones, lo que representa un consumo de unos 5,000 moldes anualmente”, explica el representante de la Asociación.

A lo anterior tendrí­amos que sumar USD 600 millones en importaciones de moldes de inyección de aluminio y USD 800 millones en troqueles. “Ya con esto sumamos USD 3.4 mil millones, y aún no incluimos estampados, forja, moldes de fundición de baja presión, sujeción, medición, ensamble ni moldes de soplado”, advierte Medrano.

Es por ello por lo que la relación entre los grupos empresariales y las instancias de gobierno está haciéndose cada vez más estrecha, pues toda esta nomenclatura tendrí­a que, no solo estandarizarse para hablar en un lenguaje común, sino que además deberí­a incorporarse a acciones concretas como el registro en aduanas con fracciones arancelarias muy especí­ficas, y la generación precisa y expedita de etiquetas para acciones públicas de apoyo económico o intelectual.

Incluso, la cifra del mercado podrí­a ser mayor. Medrano añade que hay entidades de gobierno que estiman su valor en USD 12 mil millones que incluyen porta moldes, sistemas de colada caliente, herramientas, componentes periféricos y algunos complementarios como pernos, resortes, etcétera.

El mercado no solo son troqueles y moldes de inyección de plástico, se trata de un universo muy grande, por lo que nuestra tarea es conciliar números para aterrizarlo en un mismo estudio y proyecto de la Asociación que identifique con claridad los conceptos”.

Eduardo Medrano, presidente de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles.

En resumen, se requiere de una mayor participación empresarial en la gestión pública para establecer análisis estadí­sticos que indiquen no solo el tipo de componente relacionado con moldes y herramentales, sino incluso determinar si lo que se consume o importa es nuevo o usado. De esta manera, se podrí­an identificar indicadores claves como el grado de reconversión tecnológica y el destino de apoyos de gobierno puntuales en áreas de mayor conveniencia estratégica, como favorecer maquinados de mayor valor y la compra de maquinaria destinada para ello, en lugar de procesos y equipamiento dedicado a la maquila o manufactura de bajo valor.

El programa

Fue en 2016 que se lanzó el Programa de Impulso de la Manufactura de Moldes, Troqueles y Herramentales, desde la Secretarí­a de Economí­a, con la participación de la Cadena de Proveedores de la Industria en México (CAPIM) y la AMMMT, el cual plantea el desarrollo de mecanismos para que, a partir de actividades técnicas y comerciales, se comience a estructurar y fortalecer una cadena de producción de moldes y herramentales en el paí­s.

La iniciativa ya es el fruto de un esfuerzo en conjunto, y bajo un modelo de triple hélice, que pretende favorecer la manufactura de moldes y troqueles local. Aunque el programa ya está en marcha, por el momento es la iniciativa privada la que está trabajando en la detección y análisis de las necesidades más inmediatas a ser cubiertas por el programa y se espera que pronto, en este 2018, queden listos los cimientos del mapa de ruta que muestre aspectos más detallados del programa.

Según lo proyectado por la AMMMT, este mapa deberá tener delineados ya los vectores de desarrollo del sector hacia 2030. “Será tarea de empresarios, gobierno y academia. Debe ser una coordinación efectiva en todos los frentes para no diluir esfuerzos, talento ni recursos”, puntualizó Medrano.

La tercera hélice

Al ser la educación uno de los pilares para delinear un proyecto de desarrollo de la manufactura de moldes, actualmente existen ya convenios en preparación como el programa de capacitación de la AMMMT cuyo currí­culo está en estos momentos siendo preparado para que se pueda implementar de manera estandarizada a nivel nacional. La idea es que los estudiantes se preparen con conocimientos de máquinas herramienta, materiales, diseño, matemáticas y fí­sica básica relacionados con la manufactura de moldes y herramentales para incorporarse al mercado ya con conocimiento, y evitar que las empresas pierdan tiempo y recursos en esta curva de aprendizaje

Dicho programa podrí­a estar culminado en agosto de 2018 y serí­a el primer enlace entre clústers y universidades, entre empresarios y expertos en pedagogí­a, con la final de mantener un plan de estudios actualizado a los requerimientos de este sector en ciernes.

Eduardo Medrano explica que el primer paso será entrenar a los profesores para el Consorcio de Moldes, Troqueles y Herramentales de San Luis Potosí­, formado por el Centro de Tecnologí­a Avanzada (Ciateq), el Centro de Ingenierí­a y Desarrollo Industrial (Cidesi) y la Corporación Mexicana de Investigaciones en Materiales (Comimsa), encabezado por Enrique Villegas, gerente del consorcio y director de la representación potosina de Ciateq.

Otra alternativa en la que ya se está trabajando es en la concertación de un programa de retirados para que expertos en la fabricación de moldes de cualquier parte del mundo puedan ser traí­dos al paí­s a capacitar jóvenes mexicanos (los futuros maestros molderos).

Pero sin duda, una de las semillas más importantes será la que se siembre en el seno de las instituciones educativas. Un caso más que explí­cito es el de Grupo CEDVA, una escuela fundada hace 44 años con la intención de formar técnicos en mecánica automotriz que, con el paso del tiempo, ha ido ampliando sus especialidades a técnicos profesionales y bachilleratos en vehí­culos automotores, a diesel y gasolina. Posteriormente, en 1997, se añadió la carrera de ingenierí­a mecánica y electrónica automotriz.

Jorge Contreras, presidente y fundador de la institución educativa, explica que debido a su cercaní­a con la Industria Nacional de Autopartes (INA), la cual, a su vez, colabora de manera estrecha con la AMMMT, se identificó de la necesidad de brindar espacios de formación en el tema de manufactura de moldes y herramentales.

"Nos dimos cuenta que hace falta mucha mano de obra calificada en esa parte y queremos incrementar la enseñanza en ese campo para nuestros estudiantes, pero más allá, está en nuestros planes abrir una carrera solamente para esa especialidad”, expresa Contreras, quien ahora se encuentra con su equipo de trabajo analizando el número de horas y el diseño del pensum con el apoyo de la Asociación de Moldes. “Una vez concretado el plan de estudios, lo registraremos ante la Secretarí­a de Educación Pública (SEP)”.

Grupo CEDVA cuenta actualmente con 32 planteles en 22 estados del paí­s, y está ubicado en Tlalnepantla, Estado de México, donde piensan arrancar. “Eduardo Medrano (de la AMMMT) nos dará en comodato dos o tres centros de maquinado para arrancar, los cuales serán vitales porque nuestro modelo de estudios es dual, lo que significa que le damos tanta importancia a la teorí­a como a la práctica”.

Para esta escuela privada no es nuevo trabajar en sinergia con la industria, pues actualmente tienen nexos con prácticamente toda la industria automotriz, tanto armadoras como empresas Tier 1, 2 y 3. “Ellos nos apoyan poniéndonos al dí­a con sus innovaciones. De hecho, 90% de nuestros egresados (alrededor de 3,500 ingenieros y técnicos cada año), salen con trabajo en la industria, pues es parte del compromiso que nosotros establecemos con ellos desde un inicio”, sostiene Contreras, quien espera que muy pronto se estén impartiendo las primeras asignaturas.

La vinculación adecuada en todos los niveles será una de las tareas más importantes, sobre todo para llevar este esfuerzo a una escala nacional. Y lo importante es que la AMMMT no está sola. En todo el paí­s se están llevando a cabo esfuerzos regionales enfocados en sus propios fenotipos industriales. Tal es el caso del mismo Consorcio de San Luis Potosí­. En el norte, el estado de Nuevo León lo está haciendo a través de la dirección de Proyectos de Herramentales del Clúster Automotriz (CLAUT); en Querétaro, el Instituto Queretano de Herramentales (IQH), y en Jalisco el Tooling Cluster, por mencionar algunos.

Lo importante es que la malla conceptual de la cadena de manufactura de moldes en México se está ya terminando de delinear. De concretarse las estrategias y las sinergias en triple hélice, en 2030 los resultados se reflejarán en un importante volumen de sustitución de herramentales y una masa crí­tica de fabricantes y especialistas en la producción de estos productos metalmecánicos.

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