Empresa mexicana se abre paso con tecnología de punta en corte por láser

Empresa mexicana se abre paso con tecnología de punta en corte por láser

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Las empresas pequeñas generan fuentes de empleo a menor escala y, aunque con perfil bajo, representan un importante eslabón en el desarrollo industrial. Estas compañías realizan un esfuerzo significativo por formarse como proveedores de los grandes fabricantes, enfocándose en el cumplimiento exigencias del mercado, calidad, precisión y tiempos de entrega. Este artículo refleja la historia de una empresa metalmecánica joven pero que, con adquisición de tecnología de punta de corte por láser, busca apuntalar su crecimiento e incorporación en sectores tan competidos como el de la fabricación de autopartes.

En el mundo empresarial metalmecánico parece que todo está escrito, consolidado. Ser parte de la cadena de valor en la industria metalmecánica requiere generar servicios integrales de calidad, cumplir con certificaciones y mantener una línea horizontal de visión en los alcances que puede tener la empresa. Si bien, este es un campo para la ingeniería y la alta especialización, también es un terreno en el que los soñadores tienen cabida. Pemigsa es un caso muy ilustrativo de ello.

Proyectos Especiales y Mantenimiento Industrial Gómez S.A. de C.V. (Pemigsa) es una empresa dedicada principalmente a la fabricación de transportadores industriales y actualmente está extendiendo su producción para maquila de mobiliarios de acero inoxidable y corte por láser de alta precisión. Desde hace cinco años han incorporado tres centros de maquinado de Mitsubishi, mismos que están utilizando para crecer a pasos agigantados.

Fabrican racks para las madrinas de automóviles y atienden cualquier necesidad en corte para acero inoxidable, acero al carbón, acero galvanizado, aluminio y acrílico. Han participado en proyectos para Nissan (jugando un papel de Tier 3 en la cadena de valor) y actualmente son proveedores de lámina para Envirofit, empresa catalogada como de responsabilidad social debido a la producción de estufas de energía eficiente, económicas y con tecnología para el cuidado del medio ambiente y de la salud.

En abril pasado inauguraron un segundo taller, mismo que decidieron instalar en un complejo industrial pequeño de la ciudad de Celaya, Guanajuato. Montaron su tercer centro de maquinado de la marca Mitsubishi, una máquina de la serie ex ML 3015 que, entre otras especificaciones, puede cortar soleras de hasta ¾ de pulgada con la asistencia de nitrógeno principalmente.

Durante un Open House alrededor de 40 invitados vieron funcionar el sistema de corte CNC recién adquirido, que además de ser un paso más en el crecimiento de Pemigsa, también refleja el coraje, orgullo, horas de esfuerzo y negociaciones realizadas para sacar adelante un proyecto… y una familia.

El socio principal también muestra esa sencillez, Giovanni Gómez Tapia, es acompañado de familiares y trabajadores que suman un total de 45 entre los dos talleres, el recién abierto y en el que comenzaron la aventura en el sector metalmecánico hace 8 años y que se encuentra en el estado de México.

Giovanni y su personal vistieron playeras tipo Nascar para el Open House, los logos y bordados cuentan con leyendas propios de Pemigsa. Después del acto religioso de bienvenida, se hizo la bendición de arranque y las primeras palabras del director general fueron “gracias a Dios, aquí estamos echándole ganas esperando que esta sea la primera de muchas”, lo dijo convencido de que así será una vez que empiecen a operar con el nuevo equipo de casi un millón de dólares.

“La familia comenzó en los transportadores, de una empresa que se llama Grupo Irimsa, que era una empresa de mi papá, pero esa empresa desapareció. Incluso la primera láser que teníamos, la iban a recoger. En ese caso yo fui a platicar con Macfunding, iban a recoger la máquina y me dieron la oportunidad de ir pagando. También se debía la renta” recuerda. “Se fueron dando las cosas, me dieron la facilidad, fuimos pagando, pagando y el apoyo fue tal al grado que pedimos dos máquinas más y nos la dieron”.
Empezar de cero

Giovanni no es un ingeniero titulado; sin embargo, ha tenido el talento junto con sus hermanos para llevar a cabo cada uno de los proyectos que se ha propuesto.

“Yo comencé de ayudante general con mi papá, no estudié pero me fui dedicando y empecé a trabajar, fui conociendo, fui viendo los procesos, también otra cosa que me enseñó mi papá fue a tener visión a partir de las expos que asistíamos, las fábricas que entramos (como Nestlé y Procter&Gamble), los equipos que instalábamos. Yo veía que los equipos americanos llegaban de una pieza y siempre tuve la ilusión de hacer equipos así. Con el tiempo se nos presentaron las oportunidades y así hemos desarrollado nuestra manufactura. Hoy hacemos equipos completos y funcionan de una sola pieza”, explica el empresario al referirse a los transportadores de más de tres metros. “Cuando compramos la primera máquina de corte de láser nada más nos dedicamos a los transportadores de la industria alimenticia. En ese inter, la máquina nos quedaba sobrada (solo trabajaba dos horas y se quedaba parada todo el día), yo veía la máquina ociosa y yo decía, oye papá, hagamos maquila,-tú no sabes de negocios-, me dijo”.
El joven empresario continúa. “A donde voltees a ver en tu casa hay un electrodoméstico con algo con corte láser y nosotros pensamos de esa manera, de hacernos de ese cliente, fuimos buscando los clientes, fuimos cautivando clientes y mi papá ya no quiso seguir con nosotros”. Pero Giovanni siguió convencido del potencial del proyecto que tenía en sus manos.

Después de ocho años de dura labor, Giovanni abre su segundo taller en el Bajío como dicen coloquialmente a “ojo de buen cubero” pero consciente de que el Bajío guanajuatense representa una tierra de oportunidad para la industria metalmecánica por el crecimiento que está teniendo. “Es más, yo no puedo hablarte de un estudio. Yo un día venía en la carretera, vi muchas empresas, aquí hay mercado, hay que pegarle, no hice ningún estudio, saqué el dedo, vi para donde apuntó el aire y ahora vemos un crecimiento muy grande. Querétaro, Apaseo, Celaya, Silao, San Miguel, toda esta zona creo que podemos atacarla muy bien” y así lo hizo.

“Yo nunca tomo una decisión solo, siempre me apoyo con todo mi entorno, le pregunto a todos, hasta la persona que anda barriendo. La decisión final siempre la tomamos entre tres, que vienen siendo mi hermana Bianca y Alfredo. Somos tres los que le echamos un poquito de cabeza y nos aventamos”.
Lo hemos dicho siempre: “valor y entrega, no hay más, si te digo que yo me siento a hacer números o estudios, sería mentirte. Aquí nos apoyamos y nos aventamos. No sé si las decisiones son alocadas o no alocadas, como quiera alguna ventaja que tenemos es que nacimos sin ropa, ahora ya tenemos ropa, eso es algo de ventaja”, un razonamiento que impulsa a cualquiera que haya vivido el rezago social y económico.

Pemigsa ha tenido la fortuna o la habilidad para hacerse de clientes pequeños, medianos y algunos grandes. El entrevistado asegura que lo difícil fue convencer al primero de ellos, y después el trabajo y el servicio son los factores que han hecho despegar a la empresa familiar. “De alguna manera no fue tan fácil porque no teníamos experiencia. Hablábamos de cosas que sí sabíamos hacer pero no sabíamos cómo venderlo, pero gracias a Dios, cada cliente logrado nos ha recomendado con otro cliente. Nosotros consideramos a las empresas que traen poquito como charquitos. Son rechazadas por las empresas grandes y nosotros aprovechamos esto para tomarlos y así fuimos construyendo nuestro mercado. Hoy han venido personas que dicen que esas empresas no me convienen, pero es algo que traigo muy arraigado porque de ellos salí, entonces ya no le puedo decir no a un trabajo pequeño. Serán 100 pesos pero son 100 pesos que en algún momento necesité y los sigo necesitando. Los centavos hacen los pesos y esa es la mentalidad que hemos tenido. Nos dimos que cuenta que todo mundo necesita algo de la metalmecánica y por eso levantamos la mano con lo que sea”.

En la actualidad, uno de sus clientes más fuertes es Envirofit, un fabricante de cocinas ecológicas. En cuanto a segmentos, la maquila es muy importante pero también fabrican carrocerías para el sector automotriz y en la industria alimenticia producen embalajes para empresas como Procter y Nestlé.

Gómez Tapia explica que en un principio tenían proyectos de tan solo unos miles de pesos. “Yo era feliz con 10,000 pesos, es algo que comparto siempre a mis empleados”. Hoy Pemigsa factura en miles de dólares y los proveedores de los equipos de corte los reconocen como clientes importantes. De hecho, uno de los principales invitados, Kosuke Itaya, director general de MC Machinery, comentó que “he visto a empresas como estas crecer mucho en Japón. Gente como Giovanni destaca por hacer bien las cosas, por eso creemos en ellos y a través de nuestra empresa de financiamiento, damos créditos porque estamos seguros del crecimiento de la empresa”. Giovanni Gómez asegura que vienen cosas mejores para Pemigsa y no hay motivos para parar: trabaja los 7 días de la semana y las 24 horas del día.

“No tenemos miedo, la competencia es muy buena, de hecho puedes aprender mucho de la competencia. De no tener nada y ahora tener tres máquinas y seguir trabajando, yo creo vamos ya un poquito de gane”.

Pemigsa cuenta con 45 trabajadores (o familias como lo dice su director general). “Nuestra ilusión es llegar a trabajar en mayor volumen para la industria automotriz. Hemos sido subcontratados para trabajar con Nissan, hemos sido parte del equipo, pero no hemos trabajado de forma directa. Somos una empresa joven, comenzamos apenas hace cinco años con cinco trabajadores”, menciona el directivo.

Gómez Tapia indica que espera que su empresa se siga consolidando y creciendo a un ritmo importante durante los próximos cinco años con un enfoque centrado en la tecnología, lo que implicará la incorporación de nueva maquinaria, además de la implementación de procesos que les brinden la eficiencia, calidad y velocidad que son requeridas para satisfacer las necesidades de la industria”.

Tecnología de punta

La máquina instalada en Celaya para la apertura es un sistema de corte por láser de la serie ex ML3015. Mauricio Martin, gerente de ventas de MC Machinery señala que este sistema tiene la capacidad de realizar cortes de láminas con gas de asistencia (en función de la resistencia del material de corte). “Por ejemplo, el aluminio necesita nitrógeno; pero para el acero, se requiere oxígeno. Lo importante de este tipo de sistemas es que se pueden alcanzar cortes de hasta ¾ de pulgada”.

Martin añade que “este equipo de corte no requiere mantenimiento y está garantizado por más de 7 años, además de que ofrece un consumo de gas mucho más eficiente que los modelos anteriores. En lo que respecta a requerimientos de asistencia, estos suelen ser por lo regular boquillas, gas y lentes”.
La máquina es un equipo a CO2, por las características que requiere Pemigsa pero Martin asegura que se podrían incorporar máquinas de fibra si su cliente llegara a tener proyectos con cortes de lámina más pequeños y avances más rápidos. El sistema, tiene un resonador de 2.5Kw, que le permite cortes de placas de acero estructural de entre ½ y ¾”; de acero inoxidable hasta calibre 7 u 9 ml.

Gómez Tapia contempla que con esta máquina están dando un paso importante en el crecimiento y que es parte de una visión de largo plazo. El entrevistado piensa que de una idea chica, se construyen ideas más grandes. “Por ejemplo, cuando comenzamos a construir en Santa Marta, teníamos un terreno en el que de pronto se me ocurrió que debía construir una plancha para que entraran las máquinas, pero de inmediato hice una bodega y luego un tapanco, siempre con la visión de que llegará más trabajo. ¿Cómo lo vamos hacer? Yo siempre he pensado de esa manera, siempre me he quedado limitado. Consciente o inconscientemente siempre he tenido el sueño de querer trabajar con las personas grandes, porque se puede, hay personas que lo han hecho y somos capaces”.

“Esto es sencillo, yo no tengo competencia, yo hago amigos y con mis amigos he hecho proyectos muy grandes y me han ayudado muchas personas que también tienen máquinas láser. En su momento sí me veían muy chiquito, pero ya con tres máquinas ya me voltearon a ver diferente. El sol sale para todos y ganamos todos”.
Gómez Tapia concluye que tiene el orgullo de ofrecer un buen producto al cliente y eso lo mueve y lo inspira. Pero reconoce que las empresas no pueden lograr esto si no invierten en la tecnología adecuada. “Es un esfuerzo, pero al final la satisfacción de ver lo que haces, de mirar tus proyectos. Ver que un pedazo de metal se transforma en una pieza que después se convierte en un producto final”.

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