¿Cuál es el camino correcto para convertirse en un taller de componentes aeroespaciales?
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El primer centro de mecanizado para la mayoría de talleres es uno vertical, pequeño, básico y de bajo costo. Pero ese no fue el caso en GTI, un taller familiar cercano a Atlanta.
El primer centro de mecanizado de este taller fue un sofisticado modelo de cinco ejes de DMG.
Antes de eso, la única máquina CNC en este taller era una electroerosionadora de hilo. Mike Galinac, vicepresidente de GTI, dice que el taller compró el centro de mecanizado creyendo que podría expandirse y diversificarse en partes complejas de aeronaves. Lo que reconoció entonces –aunque quizás falló en apreciarlo totalmente– fue el hecho de que el taller no poseía contactos en la industria aeroespacial, no tenía certificaciones ni experiencia en el campo y tampoco disponía de un centro de mecanizado, excepto la máquina de cinco ejes.
También contaba la ubicación del taller. Los Ángeles, Seattle, St. Louis son ubicaciones activas para manufactura aeroespacial. Atlanta no.
En la actualidad, este taller en Powder Springs, Georgia, ha tenido tanto éxito que ha reemplazado su centro de mecanizado original de cinco ejes por tres máquinas DMG más modernas, las cuales permanecen haciendo trabajos relacionados con aviación. Dos de estos centros de mecanizado son de cinco ejes y uno de ellos es una máquina modelo HSC 105V “Linear”, que ofrece motores lineales de aceleración rápida en lugar de tornillos de bolas.
Llegar a este punto no fue fácil. Al principio, e incluso después de ello, Galinac veía a veces que la máquina de cinco ejes permanecía inactiva en el taller y se preguntaba si comprarla había sido un error. Los costos podían ser incluso mayores cuando la máquina estaba operando. Debido a la complejidad del mecanizado de cinco ejes, había para el taller muchas oportunidades de trabajos por debajo del presupuesto.
Pero el taller resistió. Ganó experiencia. Galinac era entusiasta sobre el mecanizado aeroespacial y, algunas veces, ese entusiasmo era todo lo que había. Con el tiempo, sin embargo, algunos de los que encargaban trabajos se convirtieron en clientes. Ahora, dado el número de usuarios relacionados con la aviación, Galinac puede mirar alrededor y darse cuenta de que el taller fundado por su padre se ha convertido en un taller de máquinas aeroespacial.
Los comienzos
El taller fue fundado con un producto estándar. El padre de Michael, Nick Galinac, desarrolló un eficiente proceso de manufactura para el herramental relacionado con medición, usado en la producción de ejes de levas, árboles y rodamientos. El taller continúa haciendo estas partes con su máquina electroerosionadora y algunos equipos manuales. Sin embargo, en parte por los contratiempos de la industria automotriz y en parte por el aumento del trabajo aeroespacial del taller, este producto estándar ahora cuenta con sólo 20% del negocio de GTI.
Cuando Michael Galinac se unió al negocio, él siguió lo que le interesaba. Estaba maravillado por las aeronaves y las formas exóticas de sus partes mecanizadas. También le fascinaban las máquinas de cinco ejes que veía en las ferias que atendía cuando niño con su padre. La visión y capacidades de las máquinas DMG en particular dejaron una impresión en él y nunca olvidó esa marca.
Cuando él y su familia decidieron expandir el negocio, comprar una máquina de cinco ejes fue el paso que escogieron. Pronto descubrieron que poseer una máquina como tal y sacar provecho de ella eran dos cosas diferentes. Había muchas lecciones para aprender y los Galinac se dieron a la tarea de asimilarlas, una a la vez.
Búsqueda del software
Una de las lecciones más importantes involucra la búsqueda que hace el taller de la mejor forma (al menos para este taller) de programar los centros de mecanizado. Galinac dice que es fácil subestimar el valor e importancia de encontrar un sistema CAM que haga práctico sacar total ventaja de las capacidades de la máquina.
Él comenzó con un sistema CAM menos costoso, capaz de hacer programación de cinco ejes. La precisión, a veces cuestionable, de los patrones de herramientas que involucran movimientos complejos y coordinados de ejes lineales y rotatorios era un problema para este sistema. Con esfuerzo, dicha limitante pudo refinarse. Pero aún más significativo era el hecho de que la sofisticada capacidad CAM estaba perdida del sistema. El taller luchó para crear, modificar y reparar modelos.
Así que el taller siguió un sistema CAD de última tecnología e implementó la plataforma CAD y sus módulos relacionados con mecanizado. Sin embargo, el sistema probó finalmente ser muy costoso para lo que podía hacer un taller pequeño como este, afirma Galinac. Dice también que era muy enfocado al CAD –prácticamente el problema opuesto del sistema anterior–. Él quería un sistema que enfatizara tanto en CAD como en CAM, en el cual la modelación avanzada fuera obediente a un sistema igualmente avanzado para producir patrones de herramientas.
Finalmente encontró esto en el software Topsolid, con el cual se volvió hábil mediante el soporte de su vendedor local, Clear Cut Solutions. El sistema Topsolid tiene poderosas capacidades de diseño, dice, pero también lo frena al especificar características que él no puede producir en realidad con sus propias máquinas. Además, ha probado posprocesadores para sus máquinas, una consideración que ha aprendido a apreciar. Cualquier centro de mecanizado en cinco ejes es una máquina compleja con una configuración de único eje que lo diferencia de otras máquinas. Antes de comprometerse con este último sistema CAM, él tuvo cuidado para elegir una compañía de software que ya contara con posprocesadores en el campo para las máquinas en su taller.
Conseguir clientes
Al comienzo, la mayoría de negocios de mecanizado relacionados con aviación para GTI llegó como resultado de Mfg.com. En Mfg, las capacidades en cinco ejes de GTI lo distinguían de muchos otros talleres de trabajo que usaban este servicio.
Galinac dice que su forma particular de usar este mercado en línea pudo haber hecho algunas veces el trabajo más difícil. Él busca relaciones en lugar de trabajo, y esto influye en el tipo de trabajos que ofrece y persigue a través de Mfg. Sin embargo, llegó el día en que el taller ganó un trabajo que llevó a muchas otras relaciones.
Un cliente relacionado con la industria aeroespacial encontró a GTI en Mfg, y determinó a partir del perfil del taller que este poseía los recorridos correctos en cinco ejes para mecanizar con eficiencia un juego de partes particularmente complejas. GTI ganó el trabajo –con el requerimiento de que el taller debía obtener certificación ISO y su propio CMM–. Eso fue un punto de quiebre.
Una vez GTI cumplió estos requisitos, los prospectos en Mfg.com comenzaron a reconocer al taller como un proveedor no sólo con capacidad de cinco ejes, sino también con un registro de recorridos en cinco ejes, potencial de inspección sofisticada y un sistema de calidad que valida la inspección. Este es sólo un ejemplo de un cliente que ha resultado de esta presencia como un desarrollador de un tipo de puertas de aeronaves –una línea de producto que tiene tantos compromisos que parece probable que siga avanzando a pesar de la actual incertidumbre en la economía.
Galinac dice que los clientes ven a veces algo particularmente importante en la certificación ISO del taller. Él aprecia su valor real sólo después que el taller la obtuvo. Es más que un pedazo de papel, dice. Definir y documentar los procedimientos del taller, y los medios con los cuales el taller desarrolla todas sus capacidades, resulta en un proceso más disciplinado, repetible y verificable –y finalmente más productivo–. Un taller no puede consolidar su potencial si no se toma el tiempo de examinar cada paso que determina cómo se logra ese potencial. La certificación fuerza este examen.
Galinac dice que como la certificación 9100 para la industria aeroespacial vendrá próximamente, quiere tener la capacidad de inspección en el taller antes de obtenerla. Pero ¿esto significa que el taller debería haber hecho estas inversiones primero, antes de la máquina de cinco ejes? Quizás sí, quizás no, comenta.
Sólo comenzar
Determinar si el taller ha debido invertir en inspección y certificación primero lleva al problema del huevo y la gallina. Los fondos son finitos. Para hacer estas inversiones, el taller habría economizado comprando un centro de mecanizado menos costoso y menos sofisticado.
Galinac anota que esto ciertamente le habría dado una máquina más fácil de programar y de aprender a aplicar. Sin embargo, también le habría dado la misma clase de máquina que tienen muchos otros talleres. Esto habría eliminado una de las diferencias que hacen distinto su taller.
Él cree que definir cuál habría sido la elección más “inteligente” puede ser inútil. La decisión más inteligente desde el comienzo habría sido pegarse al producto de medición establecido y tratar de construir sobre esto. En lugar de ello, los propietarios de GTI decidieron expandir el taller en algo nuevo.
Para llegar allí, GTI puede o no haber tomado sus pasos en el orden ideal. Pero la elección de Galinac y su padre, de seguir sus intereses, parece haber sido la correcta.
Específicamente, la elección correcta fue nutrirse de tanto entusiasmo por esos intereses, que quisieran mantenerse en busca de ellos, sin importar nada – hasta que finalmente el taller llegó lo suficientemente lejos hasta lograr producir las piezas que los llevaron al éxito.
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