De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en los últimos tres años, el valor de las importaciones de moldes en el país ha superado los US$1000 millones por año, mientras que las exportaciones no llegaron a los US$200 millones por año.
En este sentido, según la Secretaría de Economía, no se ha desarrollado completamente el sector de moldes en México, entre otras razones debido a la existencia de pocas empresas dedicadas a la producción de moldes (para abastecer los mercados locales e internacionales); el bajo nivel de especialización de proveedores; la falta de estándares y normas que determinen la calidad de los moldes, así como los costos de producción.
Al respecto, datos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), señalan que para el desarrollo de un molde básico se requiere un capital mínimo de US$8600, en tanto que para un molde especializado la inversión puede rondar los US$100.000.
Así mismo, señala que en México, para la creación de una empresa fabricante de moldes industriales, se puede requerir una inversión inicial de hasta US$518 millones.
Las importaciones
Según datos de la Secretaría de Economía, Estados Unidos es el principal exportador de moldes a México, con 43% del total; Canadá aporta 9,3%; Corea del Sur, 10%; China, 8,4% y Japón casi 8%.
En relación con este último país y la situación que vivió en fechas recientes, así como las afectaciones que se espera tendrá —además de las evidentes— en el ámbito industrial, Sergio Cervantes, presidente de Canacintra, señaló que en el mediano plazo se presentarán ciertas afectaciones a la industria en México, principalmente en sectores como autopartes, metalmecánica, electrónica y siderurgia, debido a la cancelación o atraso en proyectos de inversión.
Así mismo, para el presidente de la Comisión de Fomento Industrial de la Industria Metalmecánica de Canacintra, Juan Manuel Chaparro, de darse una carencia de insumos por parte de los proveedores japoneses, se puede correr el riesgo de importar componentes de manera ilegal, que incluso podrían ser piratas. “Por ejemplo, en el caso de los fabricantes de autopartes de la industria nacional es muy complicado relanzarse a fabricar lo que ya habían dejado de elaborar”, indicó.
Según cifras de la Secretaría de Economía, de enero a noviembre de 2010 se importaron US$74.718.754 en moldes para la fundición de partes y piezas de automóviles.
Sin embargo, para Miguel Estrada, presidente de Canacintra-Hidalgo, en el caso de dicho estado y con la situación que se vive en Japón, se han abierto diversas oportunidades para la industria metalmecánica.
“El desabasto de materias primas, componentes y partes para la industria automotriz importadas del país nipón, ha originado que empresas en México busquen abastecerse con industriales pequeños y medianos del país”, detalló.
Sin embargo, puntualizó que dicha oportunidad se puede ver afectada por la falta de competitividad en precios, ya que cuando Japón reinicie exportaciones se perderían los clientes.
Los fabricantes
El ingeniero Arturo Mejía, director general de Especialidades Arme, empresa fabricante de moldes para la industria plástica, señaló que la situación que se vive en Japón no les ha beneficiado ni perjudicado, porque la problemática que vive el sector de moldes está más bien relacionada con la falta de financiamiento.
“Nuestros clientes saben los alcances y limitantes que tenemos. Tratamos de mejorar y ofrecer la mejor calidad, pero es una realidad que como país no existen posibilidades de obtener algún tipo de crédito adecuado para crecer en cuanto a especialización. El tema de Japón sí afectará a ciertos sectores como el automotor, por la proveeduría que existe, pero incluso, de existir una oportunidad para los fabricantes de moldes mexicanos, veo complicado que tengamos las armas para aprovecharla”, señaló.
Al respecto, el ingeniero Roberto Ocampo, director general de Aplicaciones Térmicas, empresa dedicada a la fabricación de moldes, principalmente de inyección y compresión, indicó que sí se vislumbra una oportunidad de convertirse en proveedores de industrias como la automotriz, a raíz del desastre en Japón, pero que para ello es necesario ofrecer calidad y costo, aspectos difíciles de conjugar en México.
“Los costos de producción en México son altos. Hablo de que un molde hecho en México puede resultar entre 70% y 80% más caro que uno proveniente del extranjero. Sí es una oportunidad para los fabricantes mexicanos, pero hay que ofrecer costos competitivos y apostar por un diseño de calidad, porque también hay que tomar en cuenta que si bien las exportaciones de Japón se han visto afectadas, existen otros proveedores, como los de Estados Unidos, que también están a la espera de aprovechar la oportunidad”, indicó.
En ello coincide el ingeniero Alan Guerra, director de proyectos de la empresa Moldes y Proyectos Guerra, fabricante de moldes de acero y aluminio que atiende principalmente al sector automotor, quien añade que la oportunidad para los fabricantes de moldes debe verse en el sentido de mejorar la calidad de sus productos a largo plazo, y no solo para sustituir importaciones de manera emergente.
“Si se da el negocio, evidentemente hay que aprovecharlo, pero (lo ocurrido en Japón) se debe ver como una oportunidad más allá del momento; es decir, esta quizá sea una buena oportunidad para hacer fuerte al sector con la participación de todos los que lo conformamos”, indicó.
En este sentido, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), señala en un estudio que, por ejemplo, la instalación de proveedores de moldes de inyección en el país es complicada, puesto que se requiere precisión total y existe poca información sobre el mercado real que hay para iniciar un negocio de este tipo.
Oportunidades por venir
De acuerdo con el presidente del Sector Metalmecánico de Canacintra-Puebla, Carlos Fernández, en la región la industria trabaja en la fabricación de maquinaria de productos forjados y troquelados y no en la producción de moldes, lo cual sin duda afecta el desarrollo de este sector, incluso a escala nacional.
“Puebla muestra un rezago en el diseño y producción de moldes, principalmente para el sector automotor y de autopartes, considerando la importante presencia de la cadena de proveeduría automotriz en el estado. La industria solo atiende el mantenimiento de moldes importados de otras partes del país y del extranjero, ya que en la región no existen empresas dedicadas a la fabricación de moldes industriales”, indicó.
En este sentido, Canacintra-Puebla señaló que existe un acercamiento con la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu) que tiene como objetivo analizar la posible instalación de un clúster de moldes para abastecer a la industria automotriz y de electrodomésticos en la región.
“El tamaño aproximado de las importaciones de moldes y troqueles, de más de US$1000 millones al año, representa una buena oportunidad para desarrollar el sector. La idea fundamental es trabajar para sustituir las importaciones, precisamente”, indicó.
En este sentido, información de Sedesu señala que en el estado de Querétaro ya existe un centro de troqueles y de moldes regional, pero la idea es potencializarlo a escala nacional.
“Nuestro primer nicho serían 98 empresas, principalmente en los sectores electrodoméstico y automotor. Muchas de ellas ahora están importando sus moldes de Corea, Alemania o Portugal. Esperamos que la oferta de esos productos se pudiera generar aquí”, señaló.
Otro ejemplo de oportunidad de negocio para la industria de moldes en el país ocurre en Ciudad Juárez, donde de acuerdo con un estudio realizado por el organismo Desarrollo Económico del Norte, si la región pudiera contar con una industria de fabricación y diseño de moldes, se detonaría el potencial para incrementar sustancialmente la base de proveedores nacionales en las maquiladoras.
El estudio señala que en la ciudad existen alrededor de 334 maquiladoras (datos de Inegi), de las cuales 68% podrían ser demandantes potenciales de moldes.