Tailandia, polo de inversión para la industria metalmecánica
Tailandia, polo de inversión para la industria metalmecánica
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En Tailandia, una de las regiones donde la industria metalmecánica ha crecido de manera sobresaliente, este sector emplea a más de 400.000 personas y comprende alrededor de 50.000 empresas. Dentro de ese crecimiento, el más destacado es el de la industria automotriz, que hace a Tailandia el más grande productor de la región, con exportaciones de vehículos a más de 130 países. Según datos del BOI (Thailand Board of Investment), las plantas automotrices de Tailandia produjeron 1,4 millones de vehículos en 2008 y se estima que en el año 2014 llegarán a los 2,1 millones de unidades.
El sector de moldes y matrices, también de gran desarrollo, está avaluado en US$2,6 mil millones y espera ser duplicado en el año 2013. Actualmente, en Tailandia hay 1100 talleres y plantas dedicadas a la producción de moldes, especialmente para las industrias automotriz y de equipo eléctrico-electrónico.
Según Siriporn Nurugsa, directora del BOI en Nueva York, “se espera un crecimiento total en la demanda de máquinas-herramienta por parte de la industria automotriz y electro-electrónica, donde las compañías automotrices y autopartistas son las más grandes compradoras de máquinas-herramienta, con el 35% del mercado local. Le sigue la industria metalmecánica con 27%, que apoya a estas industrias, mientras que el equipo eléctrico y electrónico demanda el 14%. La mayoría de la maquinaria es importada y en 2007 alcanzó una facturación de US$1525 mil millones”.
Los tailandeses se precian de afirmar que una de las grandes ventajas que tienen frente a los chinos es el respeto por la propiedad intelectual, importante para cualquier empresa manufacturera que quiera hacer inversión en Asia.
Industria automotriz: el Detroit de la región
En la actualidad, grandes empresas automotrices como Ford, Mazda, General Motors, BMW, Mitsubishi y Toyota tienen plantas armadoras en Tailandia. En 1995 Ford reingresó a Tailandia con la creación de la empresa Auto Alliance, conformada por Ford y Mazda, con sede en la provincia de Rayong. La planta ensambla las camionetas Ford Ranger y los automóviles de la serie B de Mazda, con una producción anual de 175.000, de los cuales 70% son destinados a exportación y 30% al mercado local. Las inversiones hechas por Auto Alliance en Tailandia ascienden a US$1,5 mil millones.
En la misma provincia de Rayong se encuentra la planta de General Motors, construida en 1996 con una inversión de US$750 millones, que junto con la planta de Eisenach en Alemania, es una de las más eficientes del grupo GM de todo el mundo. En el año 2006 se hizo una inversión de US$66 millones para la construcción de un moderno taller de pintura. La planta de GM en Tailandia produce los modelos Zafira, Optra (incluida una versión de gas), las pick-up Colorado, los Captiva y Aveo, además de camiones —en asociación con Isuzu—. Todos estos modelos se producen para el mercado local y para exportación a 19 países, incluido Japón. Actualmente, la planta tailandesa de GM emplea a más de 2000 personas.
Por su parte, BMW cuenta con una planta en la ciudad de Amata, en uno de los parques industriales más grandes de Tailandia. Allí se producen cuatro modelos de BMW, con 19 variaciones y 12 motores diferentes. La planta cuenta con 180 empleados y entrega alrededor de 3000 unidades al año. La mayoría de los empleados son tailandeses, con excepción de tres alemanes, incluido el director. Como los volúmenes de producción no son tan altos, la planta dispone de muchos procesos automatizados.
El Grupo Toyota cuenta con tres plantas en Tailandia: la de Samrong, que produce 250.000 unidades al año; la de Gateway, con una producción 200.000 vehículos, y la de Ban Pho, con 100.000. Toyota se estableció en Tailandia desde 1962 y actualmente fabrica automóviles, camiones y motores, además de operar una escuela de educación técnica.
Mitsubishi, otra de las automotrices japonesas establecidas desde 1988 en Tailandia, exporta su producción y es una de las más importantes de la región, además de destacarse como la planta más productiva de Mitsubishi fuera de Japón, con un promedio anual de 140.000 vehículos desde 2006. En el año 2007 alcanzó el millón de pick-up exportadas, convirtiéndose en una de las plantas más exportadoras de vehículos en Tailandia.
Autopartes en crecimiento
Fuera de constituirse como uno de los grandes productores de vehículos pick-up en el mundo, Tailandia también cuenta con una fuerte industria autopartista. Según la Asociación Tailandesa de la Industria Automotriz (TAI), en 2010 este sector facturó US$20 mil millones y la mayoría de autopartistas de primer nivel (Tiers 1) ya tiene plantas en Tailandia, gracias a las ventajas competitivas de ser proveedores locales para las armadoras instaladas en la región.
Una de las empresas tailandesas destacadas en la producción de autopartes es Asia Precision, ubicada en el Parque Industrial Amata Nakorn. Se trata de un Tier 1/Tier 2, fundado en 1995 y que cuenta con más de 700 empleados. Realiza procesos de mecanizado de precisión, producción de engranajes y templado por inducción. Aparte de producir autopartes también es proveedor de ciertos componentes para las industrias aeronáutica, electrónica y médica. Entre sus clientes más importantes del sector automotor están Honda, Toyota, Eagle y Denso. En el ambiente de manufactura, esta empresa se destaca por seguir muchos lineamientos de las prácticas japonesas de manufactura, como el Toyota Production System y el Kanban.
Tailandia exótica
La tierra de los thai es una confluencia de contrastes. En ciudades como Bangkok y Pattaya se observan edificios modernos, sedes de multinacionales y hoteles, inmensos parques industriales que albergan toda clase de plantas de manufactura, y grandes puertos, de donde salen todos los productos de exportación. En oposición a esa modernidad e industrialización, en las calles se encuentra toda suerte de ventas ambulantes. Desde vendedores de semáforo que ofrecen una variedad de manjares fritos: bananos, alacranes, comida de mar, hasta calles llenas de kioscos repletos de artesanías y suvenires. En Tailandia se respira un crecimiento económico por la llegada de grandes empresas que se han instalado en los modernos parques industriales, que ofrecen condiciones adecuadas para establecer una planta de producción. Sin embargo, sus calles son un espejo que refleja la economía informal de los vendedores ambulantes, recordándole al visitante que está en un país en desarrollo.
Ese contraste hace más interesante a Tailandia y su gente es un ingrediente clave que la hace aún más atractiva. Los tailandeses, apegados a su cultura milenaria, están dispuestos a hacer sentir bien al extranjero. Bangkok es en realidad la “Ciudad de los Ángeles”, como verdaderamente se llama (Krung Thep en la lengua thai). Atravesada por el río Chao Phraya, su trayectoria por la ciudad resulta inolvidable, desde la zona de los grandes hoteles hasta llegar al gran mercado, donde se puede disfrutar de la comida local, en pequeños restaurantes, que prácticamente forman parte del río.
Otra muestra de esas interesantes oposiciones se halla al suroeste de Bangkok, en el golfo de Tailandia, donde está Laemb Chabanh, uno de los puertos más modernos del país y el número 21 en tráfico de mercancías del ámbito mundial. Un poco más al sur se encuentra Pattaya, uno de los balnearios más visitados de Tailandia. Esta ciudad, de vertiginoso crecimiento, cuenta con importantes complejos turísticos muy apreciados por los europeos, debido a su belleza y precios competitivos. En comparación con la tranquilidad de sus playas, el centro, con su famosa Walking Street, vuelve a recordarle al turista que está en un país asiático de grandes contrastes. Allí abundan las ventas callejeras, los bares de mariscos vivos y de diversión nocturna. Allí se aprecia una cara de la mujer tailandesa a la que todavía no le ha llegado la oportunidad laboral que brindan las empresas de manufactura.
Porque una cosa que sorprende de Tailandia es la participación de las mujeres en la capacidad laboral de las plantas de producción. Resulta común ver en las armadoras automotrices y plantas de autopartes una gran cantidad de operarias, valoradas por su laboriosidad y constancia en los procesos de ensamble. También esa situación es evidente en cargos ejecutivos, como en el caso del Bureau of Investment de Tailandia, con gran participación de mujeres. Es decir, en Tailandia se pierde el mito asiático del predominio de hombres en el mundo industrial y empresarial.
Otro significativo contraste se presenta en las grandes plantas de producción. Entrar desprevenidamente a una fábrica es como estar en una típica instalación de Occidente, pero de pronto aparece un santuario dedicado a Buda, que no falta en ninguna empresa. El homenaje que le hacen a su símbolo religioso parece una sana competencia por elaborar el santuario más adornado y colorido: no faltan las flores y los mensajes que los empleados sagradamente ponen en tributo a su deidad. De igual forma, es indefectible el sitio de veneración a su rey Bhumibol Adulyadej, cabeza de la monarquía constitucional y defensor del budismo thai. El rey de Tailandia gobierna desde 1946 y es el jefe de Estado que más tiempo lleva en su cargo en todo el mundo–. El respeto por su rey es general y sincero.
Esas particularidades hacen de Tailandia un interesante foco de inversión, al que empresarios y visitantes ya tienen en un punto alto de referencia. Sawasdee…
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