Un proveedor del sector automotor cambió el rumbo de Cedinor, una empresa dedicada al repulsado y pailería, decidió asumir el reto y producir piezas automotrices.
Finales de 2014. Era un día ordinario en la fábrica de repulsado y pailería de componentes para sistemas de ventilación, aire acondicionado y sistemas de electricidad, pero una alerta en el buzón del correo electrónico de la empresa lo cambiaría todo. Jorge Aldape recibió un requerimiento de un proveedor de la industria automotriz (Tier 1) y, después de algunos meses, ganó el proyecto. Hoy, ya arrancaron la producción y otras dos líneas están siendo ajustadas. Cedinor entró a otras ligas y no hay marcha atrás.
Cedinor fue fundada en Monterrey, Nuevo León, en 1994 por Jorge Aldape Ayala (quien se mantiene al frente de la planta en la dirección general) y tiene operaciones de fabricación de ductos para la industria del aire acondicionado y trabajos de pailería y ensambles con lámina de aluminio. No pudieron escoger un año más complicado para abrirse camino en el mercado industrial, pues fue a finales de ese mismo año que estalló la crisis económica en México conocida como el “error de diciembre”, que provocó la fuga de capitales del país, un proceso inflacionario y el cierre de muchas empresas a lo largo de 1995.
Para Aldape Ayala, esto no fue más que el aviso de que, en la industria de la manufactura, no se puede ser pasivo y es necesario buscar nuevos productos y mantener un esquema de diversificación. De esta manera, en 1996 y como salida de la crisis financiera, Cedinor comenzó a exportar ductos prefabricados a San Antonio, Texas (a tan solo 450 kilómetros de distancia de la ciudad de Monterrey) a diferentes distribuidores de refacciones de aire acondicionado. En 1997 entraron a trabajar con la empresa Rheem Manufacturing, fabricante de calentadores y sistemas de aire acondicionado. Fue así, con exportación, como pudieron sortear la crisis que mantuvo aletargada a la industria mexicana durante el segundo lustro de la década de los 90s.
Aunque no fueron los únicos clientes en el extranjero, “ellos (Rheem) nos ayudaron mucho en su momento, y desde entonces no les hemos fallado, lo que nos ha valido para mantenernos como sus proveedores por ya más de 20 años”, comenta el empresario regiomontano, quien además se muestra satisfecho de haber logrado los reconocimientos “Socio proveedor del año” y “Cero defectos”, entregado por la firma estadounidense a sus mejores aliados.
En Cedinor cuentan con la certificación ISO 9001, que les exige tener una pulcra gestión de todos sus procesos, tales como punzonado, rechazado, corte, dobleces especiales, rolado de metal, soldadura por proyección y ensamble. Los soldadores han sido certificados en los procesos MIG/TIG y los operadores de otros equipos son capacitados dentro de la misma planta, hecho que les ha permitido alcanzar un alto grado de especialidad en cada uno de ellos.
El layout de la planta incluye equipos para rolado, corte y fabricación de bridas, además de máquinas para repulsado. Para los productos que fabrican se utilizan materiales como lámina galvanizada, aluminizada, de acero inoxidable y lámina negra.
La producción de ductos y los trabajos de pailería los mantuvieron estables durante más de 20 años, pero, en 2012, adquirieron su primer equipo de repulsado, y fue entonces cuando las cosas empezaron a cambiar. Con este nuevo proceso, las capacidades de la planta cambiaron también y comenzaron a fabricar productos que, en su gran mayoría, eran importados. Desde entonces, la empresa ha mantenido un crecimiento de entre 30 y 40 % anual, según indica Jorge Aldape, “pues hemos podido entrar a mercados nuevos y encontrado nichos en los que prácticamente no tenemos competidores de nuestro nivel en el país”.
Cuentan con alrededor una veintena de equipos de repulsado de diversos tamaños, incluyendo uno capaz de trabajar con componentes de 5 x 5 pies. “Esta máquina toma un cuadrado de aluminio con una perforación al centro realizada previamente con un equipo de corte por plasma. Entonces empuja la lámina para formar un cono. Esta pieza es de las más grandes que hacemos. El producto final lleva dentro un motor con aspas y se ocupa en la industria de ventilación de naves. En México se consume mucho en gallineros”, explica el empresario, quien añade que este es un nicho muy especializado.
Después de algunos años trabajando con procesos de repulsado con máquinas manuales, recientemente comenzaron a adquirir equipos CNC. “Quien impulsó esta iniciativa fue Jorge, mi hijo, quien después de hacer algunos viajes al extranjero se dio cuenta de las ventajas competitivas que podíamos lograr agregando equipos con control numérico”.
De la mano de su padre, Jorge Aldape Guerrero, quien es el actual director comercial de la empresa, empezó a estructurar las mejoras en la planta previendo también oportunidades de crecimiento. “En otras industrias como el troquelado, hay mucha competencia, pero en el repulsado, estoy seguro de que nosotros somos un líder en México, y debemos mantenernos así. Para lograrlo, tenemos que invertir en tecnología”.
Capacidad y servicios
Aunque su bandera es el repulsado, Cedinor comenzó con procesos troquelados y estampados, tanto en corridas cortas como largas. Parte de su oferta incluye el involucramiento técnico con sus clientes desde el diseño de los dados hasta la producción final de sus piezas. Tienen prensas desde las 5 a las 200 toneladas con alimentador automático.
Entre sus procesos secundarios destacan:
Cocinando nuevos proyectos
El conocimiento adquirido de tantos años en la manufactura metálica ahora se cristaliza en conceptos creativos e innovadores. Jorge Aldape, hijo, ha sido ya notificado de la aprobación de una patente solicitada para una idea que rondó por su cabeza por varios años. Acorde con sus raíces del norte mexicano, su inquietud por las parrillas ha sido tal que ahora ha diseñado la propia: un dispositivo asador multifuncional convertible, que consiste en un componente pensado para una estufa portátil (de jardín) con muchas funciones, pero manufacturada con pocos componentes. El diseño acumula la experiencia de fabricación con procesos metalmecánicos, entre ellos, obviamente el sello de la casa: el repulsado. El asador compacto no considera tornillería y, por ende, es de fácil ensamble. Esta parrilla “mutante” podría funcionar como asador, horno, olla vaporera, sarten para discada (típico platillo cárnico de la región), paellera y hasta calentador de jardin. Si las cosas transcurren como está en su mente, los Aldape podrían necesitar abrir una nueva línea de producción, pero no para componentes para terceros, sino para producir su propia marca.
Atentos a cambios arancelarios
Al ser su materia prima el aluminio y el acero, en Cedinor están atentos al contexto comercial global. Estos metales son cruciales para la manufactura de los componentes de la planta de Santa Catarina, pero con el reciente anuncio del gobierno estadounidense de imponer aranceles a México (10 % para el aluminio y 25 % para el acero), el riesgo de poner en jaque su rentabilidad es alto. La medida, que entró en vigor el pasado 1º de junio, obligó a Jorge Aldape, fundador de la empresa regiomontana, a investigar sobre las posibles repercusiones económicas en los productos que fabrican. “Hasta ahora, después de revisarlo con cuidado, el tipo de componentes y por el tipo de procesos que tenemos, no están incluidos en dicha medida”, asegura el empresario; sin embargo, debido a que la mira del presidente de Estados Unidos está en ganar posiciones políticas apalancadas en la industria automotriz (clave en la negociación del TLCAN), esto podría tener cambios en los próximos meses y seguirá siendo campo de batalla en las mesas de negociación entre los tres países involucrados en el Tratado Comercial de América del Norte, por lo que “no quitaremos el dedo del renglón para cuidar la viabilidad de nuestro negocio”, sentencia Aldape.