La Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos lanzó su iniciativa frente al lento crecimiento económico de las últimas tres décadas.
Tras una reunión de su Consejo Directivo, los industriales mexicanos coincidieron en que, frente al lento crecimiento económico de las últimas tres décadas y a los cambios en el entorno internacional, es necesario pasar a una etapa en la que exista una clara y sólida política industrial de Estado para elevar la competitividad de la industria nacional, innovar, conservar y ampliar las fuentes de empleo.
“Este planteamiento recoge nuestras preocupaciones, propuestas y compromisos y lo presentaremos a todos y cada uno de los candidatos a la Presidencia de la República porque es un imperativo nacional que rebasa señalamientos ideológicos”, expresó Francisco Cervantes Díaz, Presidente de Concamin.
Durante el primer encuentro de los empresarios de la Confederación con los candidatos a la Presidencia de México, Cervantes Díaz dijo que “los industriales vemos con inquietud que más allá de los casos de distintas ramas, la industria en general atraviesa por un periodo de enormes dificultades. Sólo en 2017, el sector industrial presentó una tasa de crecimiento del 0.6 por ciento”.
En el documento en que se contiene el planteamiento de Política Industrial Globalmente Productiva, Competitiva e Incluyente de Concamin se señalan cinco líneas estratégicas:
1. Crecimiento económico y productividad: establecer como objetivo acelerar el crecimiento del PIB, para pasar del 2.3% al 5% anual en función de una competitividad industrial sistémica.
2. Política industrial de Estado: Definir y alinear objetivos, normas, políticas, estrategias y recursos encaminados al fomento, desde la administración pública, del sector industrial del país. Entre otras acciones se contempla:
3. Financiamiento: para contar con un brazo financiero que promueva el desarrollo industrial, se propone la creación de una Banca de Desarrollo Industrial que dé viabilidad al padrón de proyectos industriales estratégicos de inversión.
4. Sector manufacturero: transitar a la transformación y generación de valor agregado. Se agotó el beneficio de los bajos costos laborales y la ubicación geográfica. La cuarta revolución industrial, la robotización y la automatización han creado nuevos diferenciales productivos en las naciones asiáticas con las que México compite. Por ello, debemos promover la inversión privada en manufacturas, hasta alcanzar por lo menos de un 15% como proporción del PIB para el 2030.
5. Mejora regulatoria: reducir, en seis años, el costo de la carga regulatoria del actual 3.5% a 2% del PIB e instrumentar una política económica que garantice “suelo parejo” a las empresas mexicanas respecto de los beneficios que contienen las importaciones y maquiladoras.
Cervantes Díaz mencionó que, “en su conjunto, el planteamiento de los industriales contiene ideas para un debate que consideramos inaplazable porque en el destino de la industria el país se juega el futuro de las generaciones que vienen. Llegó la hora de las definiciones. Debe haber una política industrial de Estado que garantice un crecimiento firme, sostenido y socialmente incluyente, que genere bienestar y progreso para todos”.