Formación y capacitación para aumentar la productividad metalmecánica en la región

Formación y capacitación para aumentar la productividad metalmecánica en la región

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La necesidad de formación y capacitación especializada en la región es respondida por múltiples organizaciones que, desde diferentes puntos de vista, buscan solucionar la brecha de conocimiento necesaria para sacar provecho de las tecnologías disponibles y dar así un impulso a la industria.

 

Dentro de sus complejas dinámicas sociales y económicas, Latinoamérica constituye una región geográfica con un inmenso potencial en manufactura si se revisan factores tales como su distribución demográfica, el aporte de este sector a la economía e incluso su disposición de recursos naturales. En el estudio más reciente sobre cadena metalmecánica realizado por la organización Alacero en 2015, su director Daniel Novegil comentaba al respecto: “[Latinoamérica] No es una región que debería estar por naturaleza destinada a producir materias primas o bienes primarios: tiene habilidades para poder transformarse en un hub industrial para el resto del mundo”. Las proyecciones del sector, sin embargo, han ido a la baja en la última década.

El decrecimiento evidenciado se puede explicar a partir de factores macroeconómicos tales como el incremento de las importaciones hacia el continente. Desde China, por ejemplo, las importaciones aumentaron más de diez veces entre 2005 y 2015. Otros factores internos que afectan a las economías locales son la disminución de la capacidad productiva en favor de otras industrias, los elevados costos de producción, la dificultad de producción con mercados extranjeros, además del déficit en personal suficientemente calificado capaz de sacar provecho a las nuevas tecnologías disponibles en el mercado de manera eficiente.

Formación técnica: compromiso industrial

Bien se reseña en diversas fuentes documentales la necesidad imperativa de que las intervenciones a la industria partan de políticas de desarrollo industrial, dentro de las cuales se empoderen las empresas locales y se fortalezcan los entramados productivos actuales. Además, se resalta la necesidad de inversión en educación y en I+D con el fin de cerrar la brecha de rezago en el desarrollo de los sectores productivos que generan empleos de calidad y productividad, tal como el metalmecánico (en alta proporción). Analizando el tejido industrial de la región se encuentra que la principal fuente de organización para las compañías ha sido, hasta el momento, la organización gremial. Las iniciativas han sido primordialmente de grupos de empresas que deciden compartir información, apoyo y recursos, con el fin de centrar sus necesidades y requerimientos en un espacio de discusión común.

Revisando algunos puntos de vista de diversas agrupaciones con estas características a nivel de Latinoamérica, es posible evidenciar que uno de los fundamentos que ha unido a tales organizaciones, aparte del soporte a sus socios en diversas áreas, es el del fomento de la formación y capacitación en competencias requeridas para cada subsector de la industria metalmecánica. Con esto se busca cerrar la brecha entre las necesidades de talento humano y la oferta educativa de sus respectivas economías, buscando tener este factor como una ventaja competitiva para hacer frente a los desafíos del mercado.

Modelo a seguir

Un ejemplo de éxito está constituido por la Academia de Fabricación de Herramentales de Aachen (WBA, por su sigla en alemán) la cual es una agrupación de empresas que integrando la experiencia práctica con la capacidad de investigación y desarrollo de poderosas instituciones educativas, se ha convertido en el referente para el sector metalmecánico a nivel mundial dedicado a la fabricación de herramental. Su inicio data de 1995 y su objetivo primordial consiste en agrupar el know-how de sus compañías fundadoras y de los nuevos miembros, con el fin de consolidar la industria bajo un marco común de excelencia.

La base de datos de evaluación comparada de la WBA cuenta con más de 1000 compañías, entre las cuales se organizan coloquios como el "Tool and Die Making for the Future", el cual busca la discusión de temas clave para la industria, la anticipación de las tendencias de mercado y la visibilización de la industria de moldes y herramentales, en este caso particular. Los proyectos que recibe la WBA se integran directamente como proyectos de consultoría de la industria, desarrollados en parte con la Universidad RWTH de Aquisgrán (Alemania). La organización ofrece programas de certificación a diferentes niveles, tanto para técnicos de maquinaria, como para ingenieros de producción y gerentes de planta. Incluye en cooperación con la Universidad RWTH, un programa de maestría en fabricación de herramentales. La creación de la WBA responde también a la latente falta de nuevo personal especializado que reemplace los puestos que van dejando los operarios experimentados, en una economía altamente industrializada en la que los jóvenes, contradictoriamente, en menor medida desean formarse en este tipo de trabajos.

Industria, formación y visibilización: iniciativas latinoamericanas

Desde México, el Tooling Clúster Jalisco es un ejemplo de una iniciativa local proveniente de la industria que ha contado desde su concepción con un fuerte compromiso hacia la formación. Este grupo surgió hace cinco años de la necesidad de sustituir importaciones, a partir de la consolidación de “una asociación de empresas que pudieran trabajar en conjunto y que pudieran sumar sus capacidades, sus experiencias, sus especialidades y trabajaran, de esa manera, en conjunto”, comenta el ingeniero Jose de Jesús Nuño, presidente del Clúster hasta finales de 2018. Puntualmente, el clúster ha contado con la oportunidad de entrar en las fibras de la educación de su región a partir de un fenómeno de educación dual. “Nos dimos cuenta de que una parte muy importante para el buen funcionamiento de las empresas de maquinado es su mano de obra especializada y [por ello] nos dimos a la tarea de prepararnos y de ir instrumentando mecanismos que nos permitieran educar mejor a la gente”, señala Nuño.

En concreto, a partir del trabajo conjunto con el Ayuntamiento de Zapopan y el Instituto Tecnológico Mario Molina, la organización está ad portas de iniciar un primer programa de educación técnica dual de Técnico especializado en manufactura de precisión. En este caso, el clúster promueve el aprendizaje y, en los procesos educativos, abre un espacio de interacción entre el aprendizaje en aulas de los alumnos y su aplicación en planta, basada en el know-how del grupo de empresas del clúster, quienes cuentan con gran experiencia en los temas trabajados. Maquiser, la compañía de la cual el Ing. Nuño es director, también se encuentra en acercamientos con instituciones de educación superior para desarrollar programas de educación dual con institutos afines. En este caso, la iniciativa lleva el nombre de Ingeniería en automatización, robótica e industria 4.0 y busca trascender del ámbito técnico al profesional.

En Chile, por su parte, se encuentra el ejemplo de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas - ASIMET, una asociación con casi 81 años de formación cuyo objetivo es luchar por una mejor industria en Chile, con más trabajos formales y mejor pagados. Para su director Marcelo Fuster se trata de pensar, respecto de la inmensa industria extractiva presente en el país austral, “que el otro motor [de la economía] debe de ser la industria productiva y la manufactura que da buenos empleos y de mayor duración”. Para Fuster, sin embargo, este es un reto cada vez mayor debido a lo que él denomina una desindustrialización, causada principalmente por dinámicas del mercado asociadas a la fuerte competencia derivada de productos de muy bajo costo que ingresan con pocas barreras a la región. “Sí sabemos que muchos socios han desocupado los galpones en los que antes tenían maquinaria para fabricar y los han reemplazado por racks metálicos para comercializar productos importados, no siempre de buena calidad, pero de costos muy baratos. Eso ha sido nefasto para nuestra industria”, concluye.

Bajo este escenario, desde la dirección y los socios de ASIMET hay una conciencia de la necesidad de mantenerse competitivos. “Tenemos que mejorar la productividad, tenemos que bajar nuestro consumo energético” comenta el Ing. Fuster. Con esto en mente, una importante proporción de las corporaciones con las que cuenta ASIMET se enfocan en labores de formación, capacitación y educación. Las OTIC y OTEC (Organismos Técnicos Intermedio y Ejecutor de Capacitación, respectivamente) se encargan de capacitar a un importante número de actores en la industria. Por otra parte, el Centro de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales, homologa las competencias de población experimentada, lo cual permite el robustecimiento de sus perfiles profesionales.

ASIMET gestiona también un liceo de educación secundaria, en el cual se promueve la enseñanza de educación dual en jóvenes, acercándolos a temas de formación en tecnología. De la misma manera, ante la inquietud sobre asociaciones con entidades de educación terciaria, comenta el Ing. Fuster: “A ellos los miden por la cantidad de papers que publican. A nosotros por productividad, competitividad y, en definitiva, por renta. Ha costado entrar en ese diálogo (…) pero ahora estamos pudiendo acercar industria y academia. Vemos de a pocos que las investigaciones que se hacen son bastante más aplicadas ahora y en ellas hemos podido ir involucrando también a los técnicos para llevarlos a un nivel superior”.

El es turno de una nueva generación para agregar valor con la manufactura

Hay un punto en común de una gran porción de estas asociaciones y es el relacionado con la promoción y la difusión del sector metalmecánico, no sólo enfocado a la industria sino también al público en general y, especialmente, a la población joven que entra al mercado laboral. Eduardo Medrano, presidente de la AMMMT, comenta al respecto que es necesario “ayudar a los jóvenes a identificar su vocación y mostrar lo atractivo que puede ser el sector en materia económica, en trabajos donde se agrega valor de forma importante”.

En este punto cabe destacar los esfuerzos de algunas de las instituciones por abrir espacios tales como ferias y congresos donde continuamente se demarque un espacio de reunión en el cual se fortalezca el tejido industrial del sector. Desde la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta y Tecnologías (CARMAHE), por ejemplo, se organiza la FIMAQ, la feria de Máquina Herramienta más grande de la Argentina. Su otro director Aldo Di Federico comenta como no solamente se trata de una labor comercial sino también un espacio donde puede haber una integración de talento humano en formación hacia lo que ofrece la tecnología y lo que pueden lograr. “La cámara tiene un compromiso con la formación. Una de ellas ocurre en la FIMAQ, donde se tiene una dedicación exclusiva para la formación de escuelas, principalmente en el sector secundario, la escuela técnica. (…) La cámara no tiene ninguna duda que formar a los estudiantes y a sus profesores en el conocimiento de las tecnologías permite un acercamiento de primera mano hacia donde se aplican sus conocimientos”, señala Di Federico.

En el caso de Colombia, el Centro de Excelencia en Inyección (CEI) ha buscado constituir una fuente de consultoría y de conocimiento a partir de capacitaciones especializadas y cursos de certificación para la industria de fabricación de moldes y de piezas plásticas inyectadas. En Chile, Indura y su organización CETI (Centro Técnico INDURA) han abierto un espacio importante de enseñanza de diversos temas relacionados con soldadura. En este recuento vale la pena mencionar a ABIMAQ (Asociación brasileña de la Industria de Máquinas y Equipos), la inmensa asociación de empresarios del sector en Brasil que desde hace más de 40 años está apoyando a la industria para surgir y crecer con conocimiento y trabajo con el estado.

Al final, más allá de las diferencias económicas y culturales de cada país, este artículo nos pensar en que una industria latinoamericana competitiva y más fuerte es posible en virtud de los vínculos que se pueden lograr entre las iniciativas y proyectos comunes entre los distintos actores involucrados. Se trata de entretejer historias e intereses en la región que nos permitan pensar de otro modo la industria metalmecánica.

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