Nuevo laboratorio mexicano de manufactura aditiva

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El Laboratorio Nacional de Manufactura Aditiva, Digitalización 3D y Tomografí­a Computarizada (MADIT), hace parte de la innovación realizada por la Universidad Autónoma de México (UNAM) para la rama de la manufactura aditiva.

El MADIT impulsa la investigación cientí­fica de vanguardia en las áreas de ingenierí­a, biodiversidad terrestre y acuática, paleontologí­a y de desarrollo de equipo, así­ como procesos biomédicos y médicos a través de la investigación, el desarrollo tecnológico y el acceso a infraestructura de manufactura aditiva de polí­meros.

Bajo la coordinación del doctor Leopoldo Ruiz Huerta, responsable de este proyecto, y con la ayuda de otros especialistas en micromecánica y mecatrónica como el doctor Alberto Caballero Ruiz, que han estado en dicho proyecto desde sus inicios, dedican el trabajo del laboratorio mayoritariamente a la aplicación médica, pero sin descartar otros rubros en los que esta tecnologí­a puede ser utilizada.

Con el objetivo de desarrollar centros y proyectos de innovación en México, el MADIT tuvo sus orí­genes en 2009 como un laboratorio universitario impulsado por polí­ticas de Rectorí­a y la Coordinación de la Investigación Cientí­fica.

Así­ las cosas, la misión esencial del laboratorio es realizar investigación y desarrollo tecnológico en temas de manufactura aditiva, digitalización 3D y tomografí­a computarizada, con la finalidad de aportar a problemas especí­ficos del paí­s soluciones tanto académicas como industriales, además de formar recursos humanos altamente especializados y con la capacidad de ofertar servicios tecnológicos en cada ámbito del laboratorio.

“Para lograr todo esto contamos con la mayor concentración de tecnologí­a de manufactura aditiva de América Latina, con la que brindamos servicios para la investigación cientí­fica, el desarrollo tecnológico y la innovación en los sectores académico e industrial”, explicó Leopoldo Ruiz.

El laboratorio brinda sus servicios a emprendedores que buscan materializar sus diseños, a pequeños empresarios que necesitan la producción de pocas piezas, a compañí­as interesadas en optimizar sus procesos de manufactura, así­ como a estudiantes e investigadores de distintas dependencias dentro y fuera de la UNAM.

El proceso de manufactura convencional consiste en degradar la materia prima hasta revelar la forma del objeto que se fabrica y la manufactura aditiva permite a los consumidores y profesionales por igual la capacidad de crear, personalizar los productos y redefinir la tecnologí­a de producción actual.

“Manufacturando dispositivos de muy bajas dimensiones, llegó un punto donde nos replanteamos si seguí­a siendo atractivo que desperdiciáramos tanta materia prima para descubrir algo muy pequeño. La técnica de manufactura aditiva ofrece libertad de diseño, pues permite construir superficies irregulares y minimiza el desperdicio de los materiales”.

Este laboratorio nacional cuenta además con lí­neas de investigación propias que incluyen la manufactura de moldes para implantes, el desarrollo de materiales con propiedades especí­ficas y el diseño de métodos para el mejoramiento de propiedades mecánicas y superficiales de las piezas fabricadas.

Los inicios de la manufactura aditiva

De acuerdo con el especialista, la técnica de la manufactura aditiva consiste principalmente en manipular materiales a escala micrométrica capa por capa hasta que este proceso termine en la formación de un sólido.

Sin embargo, esta técnica no es totalmente reciente ya que los primeros equipos y materiales empleados para la fabricación aditiva fueron creados en el Instituto de Investigación Industrial de Nagoya en Japón en la década de 1980.

Para el año 1984 se obtiene la patente del primer proceso de fabricación aditiva conocida como estereolitografí­a, fabricación óptica o fotosolidificación, el cual se enfoca principalmente en el diseño y fabricación de modelos, prototipos, patrones o piezas definitivas que se basan en el proceso de prototipado rápido.

“Así­ comenzamos a investigar en esta nueva tendencia de la producción que es relativa, pero realmente no empieza la explotación comercial o la generación de empresas orientadas hacia la manufactura aditiva hasta mediados de 1990”, comentó.

El MADIT posee máquinas de manufactura aditiva que utilizan diversos materiales como termoplásticos, resinas, ceras para procesos de fundición, diversos metales y algunos biomateriales, lo que se traduce en un abanico amplio de aplicaciones.

Además, tiene equipos de digitalización tridimensional, tomografí­a computarizada y cromatografí­a de gases orientada a polí­meros con los que se complementan las capacidades de este laboratorio.

Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.

 

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