Plantas automotrices globales comienzan a cerrar por la fuerte caída en la demanda

El coronavirus, que ha dejado más de tres millones de personas contagiadas en el mundo y ha tomado la vida de alrededor de 264.000, ha afectado de forma dramática la economía mundial y a las diferentes industrias, incluida la automotriz.

A la fecha, han sido cerradas varias plantas automotrices no solo con el objetivo de proteger a los trabajadores del contagio de COVID-19, sino también debido a la baja demanda de automóviles durante la pandemia, lo que ha detenido la producción.

Por ejemplo, según reportó el medio Expansión, Nissan planea cerrar su fábrica en Barcelona y concentrar sus esfuerzos en Japón, China y Estados Unidos. Sin embargo será hasta el 28 de mayo cuando la compañía presente el plan a mediano plazo de recuperación que incluiría estos anuncios.

En España, según grupos sindicales, 3.000 empleos directos y más de 22.000 indirectos dependen del funcionamiento de esta fábrica de Nissan. Esta situación generó preocupación en los trabajadores, quienes iniciaron un paro indefinido con el propósito de que se garantice la continuidad de la actividad.

Cabe recordar que aunque el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, había permitido el funcionamiento de las plantas de producción, Nissan y otras compañías del sector automotriz suspendieron la producción en muchas de sus fábricas, durante 16 días, debido a la caída de la demanda mundial. Canon Inc y Toshiba ya habían anunciado medidas similares a principios de abril.

De igual forma, Nissan detuvo la producción en su planta de vehículos Tochigi, que produce los modelos Skyline sedán e Infiniti, durante gran parte de abril, y planea mantenerlo cerrado durante la mayor parte de mayo.

Por su parte, Toyota anunció que espera reducir su producción nacional en alrededor de un 40 %, a causa de que disminuyó significativamente la producción en sus plantas japonesas a partir del mes anterior.

Honda, a su vez, ha detenido la producción en algunas de sus plantas domésticas, al parecer por interrupciones en su cadena de suministro global durante la pandemia.

La industria automotriz actualmente no solo se enfrenta al coronavirus, sino también a un golpe financiero debido a que los bloqueos, cuarentenas y aislamientos en Estados Unidos y Europa han alejado a los compradores de los concesionarios.

La situación en el sector motor es preocupante y parece estar lejos de encontrar soluciones factibles que incrementen las ventas y protejan los empleos de miles de trabajadores.