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No quedan dudas que Latinoamérica es el futuro, no lo planteo desde una adivinanza soberbia, sino evaluando las perspectivas geopolíticas y económicas que se avecinan en los próximos años para la región, basta con pensar donde están las reservas de petróleo más importantes (cuencas del Orinoco, plataforma marítima de Brasil, Vaca Muerta en Argentina) las reservas acuíferas como el Amazonas, los lagos y glaciares del sur de la Patagonia, los minerales que aún quedan sin explotar en los Andes, las grandes extensiones de nuestras costas marítimas para la explotación eólica, los cielos limpios del altiplano para la explotación de energía solar. Naciones como Colombia, Perú y Paraguay como novedosas exportadoras de materias primas, más una industria como la metalmecánica nuestra, totalmente insipiente tanto en Centroamérica y Sudamérica, teniendo como puntas de lanza a Brasil, México y Argentina con todo lo que esto representa.
Somos el futuro, pero tenemos que prepararnos para los tiempos que llegarán en algunos años, habrá que implementar políticas globales que permitan la igualdad de oportunidad para la preparación de nuestros jóvenes, digamos futuros operadores y profesionales del rubro con una oferta sustentable.
Para empezar, qué mejor que mirar hacia aquellas naciones que han implementado soluciones prácticas y efectivas que nos permitan capacitar a nuestra juventud.
Por una cuestión de formación e idiosincrasia seguimos manteniendo lazos con el norte como una meta a seguir, pero en este mundo globalizado aparecieron otros íconos para las industrias metalmecánicas, apareció Japón, luego Corea y hoy tenemos a una muy influenciable nación China con nuevos paradigmas.
Somos Latinos y Oriente nos queda muy lejos, sus políticas son como sus idiomas, se nos hace difícil entenderlos, debemos rescatar solo lo positivo que nos resulte útil y estudiar nuestras conveniencias, llegó la hora de pensar en nosotros mismos, todo está bien pero pensemos: “tenemos que mejorar y mucho”.
Sería interesante ver cuáles son nuestras verdaderas necesidades artesanales, profesionales y oficios de la región e implementar carreras, cursos o programas técnicos que sean cortos, concretos, específicos e innovadores, y acordes a las necesidades de cada país y a nuevas aperturas educativas.
La idea es sumar, de ser posible involucrar a las empresas del rubro que permitan becas o pasantías de alumnos o jóvenes en esta nueva etapa de formación, sería una nueva forma de incorporar personal calificado, que de otra forma no tendrían acceso a las carreras convencionales típicas de largo aliento como ingenierías, arquitectura, o doctorados, etcétera.
En una colaboración anterior en Metalmecánica mencioné como ejemplo una Tecnicatura en Mecanizados con sistema Dual (en este plan los alumnos pasan un mes en una empresa y luego un mes en un centro de formación, alternando varios meses así durante dos años, al final incorporan unas 2000 horas de capacitación profesional específica, alternada con dos años de experiencia laboral en la empresa) conformando un combo que permite disponer de mano de obra altamente calificada y especializada con una inversión de tiempo razonable, culminando el plan con un profesional y dos años de trabajo.
Si este plan, se pudiese implementar en nuestros países nos permitiría abastecer a la industria del personal deseado a cada rubro, en un tiempo menor, ampliando la oferta a los jóvenes aprendices, involucrándolos en mejores perspectivas futuras.
Señores políticos y empresarios de la región: piénsenlo bien, en Alemania, España y País Vasco ya lo pensaron y este plan es una realidad.
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