Lo más leido
Los números corroboran: Brasil pasa por la peor crisis económica de las últimas dos década...
La eliminación de los tiempos muertos es, sin duda, uno de los principales retos de la manufactura. El arribo de sistemas digitales en las máquinas herramienta plantea un mayor número de opciones para desplegar y configurar procesos automatizados que privilegien la continuidad y eviten la participación humana en tareas repetitivas y de alta precisión.
En las ferias industriales del sector realizadas durante este 2018 ha quedado claro el ímpetu de los fabricantes de maquinaria y equipo por crear conceptos tecnológicos que tiendan a la automatización y el control de los procesos de fabricación. Los adelantos en sistemas de información para la industria han hecho estragos hasta en equipos anteriores (legacy), pues ahora pueden ser también comunicados al enlazarse con dispositivos de control numérico y plataformas de comunicación, tales como MTConnect.
El objetivo: que las máquinas y los equipos periféricos se hablen entre sí y trabajen en conjunto a partir de tecnologías cinemáticas que ejecuten tareas que normalmente han realizado los operadores (seres humanos), las cuales van desde cambiar una herramienta de corte, hasta trasladar una pieza de trabajo de una máquina a otra mediante brazos robóticos o vehículos autónomos.
La constelación de herramientas para hacer más ágil las tareas de una empresa es muy amplia. Sistemas de sujeción con punto cero y candados poka yoke, software de simulación para crear gemelos digitales, dispositivos de intercambio de herramientas configurados con conceptos de cambio rápido (SMED), alimentadores de materiales que mejoran el tiempo ciclo, sistemas de metrología en proceso que ayudan a evaluar no solo la calidad de la pieza de trabajo sino el desgaste de las herramientas de corte, software de monitoreo de datos con capacidad para conexiones remotas a partir de dispositivos de comunicación inteligentes (smartphones y tablets), robots colaborativos que pueden estar en un ambiente libre de rejas y apoyar al operador sin ponerlo en riesgo, etcétera.
Una vez conectadas entre sí, lo que sigue es facilitar la comunicación del hombre con la máquina. Las interfaces son cada vez más transparentes. Más allá de la programación de código, el operador ahora tiene pantallas táctiles en las que puede hacer ajustes a partir de tecnología de objetos. En el caso de los robots, los nuevos dispositivos solo requieren que se les “lleve de la mano” a la posición requerida de una operación para que estos memoricen la acción. Y, lo más reciente, ya se dio a conocer el primer sistema operativo de comandos de voz con el que, para solicitar que se ejecute una operación a una máquina, requerirá solo de eso: decírselo.
La automatización avanza rápidamente de la mano de la digitalización. Más vale que ahora nosotros definamos cuál será el papel de las personas en estos nuevos ambientes de fabricación y qué habilidades son las que se tienen que desarrollar. Lo cierto es, que gran parte de ellas, ya han sido asimiladas por las nuevas generaciones de manera intuitiva. Solo resta canalizarlas.
Los números corroboran: Brasil pasa por la peor crisis económica de las últimas dos década...